La hernia discal es una lesión en la que una parte del disco intervertebral (núcleo pulposo) se desplaza hacia la raíz nerviosa, la presiona y produce dolor, es entonces cuando puede hablarse de auténtica hernia discal.
Además, como presiona terminaciones nerviosas, provoca trastornos sensitivos: hormigueos, alteración de la sensibilidad, etc. y trastornos motores: falta de fuerza, etc.
En el 70-80% de los casos, siempre se encuentran a nivel cervical en C5-C6, C6-C7 y a nivel lumbar L4-L5 y L5-S1.
Si la hernia discal es muy grande y comprime todos los nervios que encuentra, e incluso el canal raquídeo, puede producir lo que se llama un síndrome de cauda equina o de cola de caballo (en el caso de que la hernia discal se produzca en la zona lumbar) lo cual resulta una urgencia quirúrgica.
En la mayoría de los casos de hernia discal el dolor remite con un tratamiento conservador sin cirugía. Sin embargo, aproximadamente un 10% de ellos requerirán una intervención quirúrgica para su tratamiento.
Diagnóstico de la hernia discal
Desde el punto de vista manual podemos utilizar una serie de test de ortopedia manuales para el diagnóstico de la hernia discal de fácil realización, que nos indicarán si el paciente tiene esta lesión o tenemos otro tipo de lesión que produce síntomas parecidos. Dentro de estos test para verificar el diagnostico de hernia discal están los siguientes:
- Test de Lassegue. Este test es válido para las hernias discales de la zona lumbar. El paciente se tumba decúbito supino y se realiza una elevación de la pierna afectada en extensión. La prueba tendrá un resultado positivo si antes de los 60 grados el paciente describe el dolor por todo el recorrido del nervio ciático.
- Test de Braggard. Este test es válido para las hernias discales de la zona lumbar. EL paciente se sitúa en la misma posición que para el test de Lassegue. Se realiza éste, pero cuando empieza el dolor se disminuye la flexíón de cadera entre 5 y 10 grados y se realiza una flexión dorsal del pie o estiramiento del gemelo. La prueba será positiva si se reproduce el dolor.
- Test de compresión de Jackson. En este test veremos si existe pinzamiento de la inervación cervical. Con el paciente sentado, el terapeuta se coloca detrás de él. Colocamos las manos encima de la cabeza y hacemos una flexión lateral de la cabeza con una compresión hacia caudal osea y hacia el suelo. Si se produce el dolor irradiado que tiene el paciente, estaríamos ante un pinzamiento nervioso. Esto unido a los siguientes síntomas como pérdida de fuerza en brazos y manos, pérdida de reflejos, dolor constante e irradiado por brazo o escápula, sensación de hormigueo…. Nos daría como diagnostico hernia discal.
La realización de una resonancia magnética nuclear, también nos indicará el acierto en el diagnóstico de hernia discal.
Diagnóstico diferencial de la hernia discal
- Puntos gatillo glúteos, piramidal, tensor de fascia lata y cuadrado lumbar
- Síndrome del piramidal
- Impingement de cualquier segmento vertebral
- Lumbociatica mecánica
- Bursitis de cadera
- Bloqueo articular
- Tirón muscular( lumbago, tortícolis)
- Contractura muscular
Síntomas de la hernia discal
Si existe una hernia discal, los síntomas de dolor local agudo de espalda son coincidentes con los síntomas neurológicos de la zona afectada (dolor ciático, en el caso de la zona lumbar) pero existen síntomas que se dan en todas las lesiones de hernia discal, que son los siguientes:
- Debilidad muscular, atrofia en el caso de que la hernia sea muy grande
- Pérdida de fuerza
- Sensación de hormigueo, parestesias
- Hipersensibilidad cutánea
- Dolor irradiado por la raíz nerviosa que esta atrapada
- Pérdida de reflejos
- Dolor al estar tiempo en una posición estática
- Dolor al toser
- Muy raramente incontinencia urinaria
La hernia discal lumbar puede aparecer a cualquier edad aunque afecta generalmente a gente de entre 30-50 años.
Por lo tanto, tiene un impacto económico significativo en la población en general, puesto que se trata de sujetos en plena actividad laboral que encadenan bajas seguidas y en momentos puntuales pueden llegar a tener que pedir la incapacidad laboral.
Tratamiento de la hernia discal
El tratamiento osteopático de la hernia discal tiene como finalidad desbloquear la zona más rígida (zona hipomóvil) para que la zona más móvil (zona hipermóvil) se mueva menos. Con esto lo que conseguimos es un equilibrio de movilidad en la zona afectada, o sea que todo tenga un movimiento parecido y equilibrado.
- Eliminar el dolor del paciente, con movilizaciones y manipulaciones que reduzcan la fase aguda de dolor.
- Eliminar las distintas tensiones musculares y desequilibrios musculares de la zona afectada y de las zonas que puedan afectar a la zona donde se sitúa la hernia discal. En el caso de la zona lumbar por ejemplo, la zona visceral esta íntimamente ligada con ella. Por lo que un tratamiento visceral será fundamental para la mejoría de la hernia discal de nuestro paciente y sus síntomas.
- Reeducar al paciente para que pueda realizar sus actividades diarias sin dolor y previniendo su posterior aparición.
- Debemos corregir ciertas posturas que son nocivas para la estática de nuestro paciente y ver si tanto en la jornada laboral o en su día a día el paciente mantiene posturas que la producen y que pueden hace que la vuelva a tener o recaídas constantes.
- Después de un buen tratamiento de hernia discal podremos volver a practicar ejercicio físico, siempre con un buen asesoramiento y una higiene deportiva.
- Este punto es muy importante para que al final el paciente sea consciente de la lesión que tiene y no padezca de recaídas constantes. Para eso el terapeuta tiene que dar pautas y ejercicios para que el paciente los haga de forma correcta.
Por último no podemos dejar de hacer una nueva valoración del paciente en cada sesión que tengamos. Esto nos garantiza una buena línea de trabajo y el éxito en el tratamiento de la hernia discal.